lunes, 14 de febrero de 2011

"Traumgedanken", el libro hilvanado

          

   Por Comunicación Cultural nos enteramos de que María Fischer ha realizado materialmente, dentro de un libro códice, un hipertexto a base de conectar físicamente hojas de papel mediante hilos de colores. “Traumgedanken” (Pensamientos oníricos) en palabras de la autora: "contiene una colección de textos literarios, filosóficos y científicos sobre los sueños y sus diferentes teorías. Para facilitar el acceso a este elusivo tema, el libro está diseñado según el modelo de un sueño sobre un sueño. Análogo a un sueño, donde los trozos de realidad son ensamblados para construir una historia, el libro reúne diferentes fragmentos conectados por hilos cosidos bajo ciertas palabras clave. Los hilos visualizan la confusión y fragilidad de los sueños."
    En algunas páginas hay ilustraciones hechas con los hilos que intervienen en la página opuesta. Su forma y color concuerdan con las palabras clave; la autora pretende así generar imágenes abstractas parecidas a las de los sueños.
         
    Además, hay cinco páginas donde las letras de un fragmento  escogido  están hilvanadas en el papel de la página opuesta, si bien no  son legibles porque la verdadera superficie de esas letras está dentro de la pagina plegada. Esto, según la autora, expresa el misterio de los sueños y de su interpretación.

             

    Los expertos en literatura electrónica coinciden en presentar como precursores del hipertexto, formato típico de las pantallas electrónicas, algunos libros de Borges, Cortázar o Italo Calvino. Esos autores publicaban sus historias no lineales o fragmentadas adaptándose por fuerza a las restricciones impuestas por las hojas de papel - cosidas por el lomo - de los libros códice. Pero ni ellos ni sus editores encontraron una Penélope. Maria Fischer pacientemente, con un trabajo de bordadora, de onírica costurera, ha ido cosiendo cada palabra importante con un texto que la explica o amplía, de forma que si tiramos del hilo azul que subraya la palabra Realidad, somos conducidos a un sesudo texto germánico en el que se explica ese concepto y su incierta relación con los sueños. Lo mismo podría haberse hecho con Rayuela, y a la riqueza de la prosa de Cortázar se habría añadido el cromatismo de los hilvanes.
    Algunos inconvenientes vistos desde fuera: las páginas aparecen llenas de una maraña de hebras que dificulta la lectura de los textos. Si se rompe un hilo, se acaba el invento. La gracia del hipertexto es el acceso inmediato a la pantalla enlazada, pero aquí tirar del hilo para ir a su texto correspondiente es una tarea engorrosa, pues hay que separar antes los hilos competidores para lo que se requiere en ocasiones una manipulación  fina más propia de miniaturistas. Tampoco se entiende bien el tiempo y el esfuerzo empleados para simular en un medio de manera imperfecta y artificiosa lo que en otro va llano y natural. Pero así concebimos a veces la vanguardia y sus artes derivadas de la curiosidad, la novedad y el asombro: como un mero ensayar las combinaciones posibles de materiales y formas, de manera mecánica, olvidando el efecto estético. O en este caso el efecto cognitivo, pues sería mucho más claro un estudio sobre los sueños en un libro tradicional con notas a pie de página. O, ya puestos, si lo que nos interesa es el contenido, ese mismo libro con enlaces normales en una web.
    El códice tiene un formato de 20 × 28 cm y 76 páginas. No está a la venta (imagino que porque bastante tienen los editores comerciales con verse obligados a contratar a diseñadores multimedia, para gastar también en hilo y costureras). Estará en las bibliotecas universitarias porque es un proyecto fin de carrera para la University of Applied Sciences de Augsburgo y ha merecido el Grand Prix 2010 of Bavarian State Award for Young Designers. En este desfile de diapositivas podemos ver los hilos de la trama más de cerca.

Entrada publicada por Juan José Díez

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